domingo, 8 de marzo de 2015

Cómo pueden ampliarse las oportunidades educativas a los adultos, con qué finalidad; y qué valores predominan en ella.


La concepción de continuo educativo que proponemos implica, en un todo unitario, los principios que señalamos a continuación:
ü  La educación permanente.
ü  El derecho de todas las personas a realizar su plenitud humana a través de la educación durante toda la vida.
ü   La articulación sistémica y sinérgica de los niveles, etapas, formas e instituciones que conforman los sistemas educativos nacionales.
ü   La ampliación y articulación de los espacios y medios educativos a lo ancho de la vida.
ü   La democratización y la equidad en el acceso a los medios de información y al conocimiento.
ü   La articulación de los sistemas educativos nacionales con otros sistemas y procesos sociales (en particular la relación educación-desarrollo con un sentido humano, integral, equitativo, ético y sustentable).
ü  La participación de los agentes sociales y políticos en la gestación e implementación de las políticas educativas.
ü  La construcción de una sociedad educadora.

La educación es un derecho permanente durante toda la vida, que debe extenderse a las etapas que más puedan ayudar a desarrollar el potencial de las personas para vivir vidas plenas en sociedad y realizar actividades económicas productivas. Implica no solamente el derecho a la educación escolarizada, sino a vivir en un entorno que proporcione medios educativos que faciliten el despliegue de las capacidades de la persona, que permitan a todos acceder a los bienes de la cultura, las tecnologías informáticas, los medios de comunicación y, en síntesis, el acceso al conocimiento. Además, implica el derecho que todos tenemos a vivir en sociedades educadas y, por tanto, educadoras, para asegurar las bases de una convivencia sustentada en procesos de desarrollo que sean verdaderamente humanos para todos.

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