La
concepción de continuo educativo que proponemos implica, en un todo unitario, los
principios que señalamos a continuación:
ü La educación permanente.
ü El derecho de todas las personas a realizar su
plenitud humana a través de la educación durante toda la vida.
ü La
articulación sistémica y sinérgica de los niveles, etapas, formas e
instituciones que conforman los sistemas educativos nacionales.
ü La ampliación
y articulación de los espacios y medios educativos a lo ancho de la vida.
ü La
democratización y la equidad en el acceso a los medios de información y al conocimiento.
ü La
articulación de los sistemas educativos nacionales con otros sistemas y
procesos sociales (en particular la relación educación-desarrollo con un
sentido humano, integral, equitativo, ético y sustentable).
ü La participación de los agentes sociales y
políticos en la gestación e implementación de las políticas educativas.
ü La construcción de una sociedad educadora.
La educación es un derecho
permanente durante toda la vida, que debe extenderse a las etapas que más
puedan ayudar a desarrollar el potencial de las personas para vivir vidas
plenas en sociedad y realizar actividades económicas productivas. Implica no
solamente el derecho a la educación escolarizada, sino a vivir en un entorno
que proporcione medios educativos que faciliten el despliegue de las capacidades
de la persona, que permitan a todos acceder a los bienes de la cultura, las
tecnologías informáticas, los medios de comunicación y, en síntesis, el acceso
al conocimiento. Además, implica el derecho que todos tenemos a vivir en
sociedades educadas y, por tanto, educadoras, para asegurar las bases de una
convivencia sustentada en procesos de desarrollo que sean verdaderamente humanos
para todos.
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